Verdadera tierra de leyendas desde el principio de los tiempos, Megève tiene muchas más historias que contarte. En familia o con amigos, descubra la historia de Megève, sus tesoros, sus raíces y los entornos excepcionales que la rodean. Entre transmisión, conocimientos, tradiciones, cuentos y maravillas, déjese guiar por las leyendas de Megève y descubra todos los secretos de este pueblo mítico de los Alpes.

Etimología del nombre Megève

Megève, antiguamente llamada Megeva, sería una desviación de “media aquarum”, expresión latina que significa “en medio de las aguas”.

Esta expresión se referiría a la ubicación del priorato medieval, entonces probable núcleo de la ciudad, entre dos torrentes: el torrente Planay, que pasa detrás del actual ayuntamiento, y el torrente Glapet, que discurre junto a la Oficina de Turismo de Megève.

Hasta la fecha, la primera mención escrita de Megeva como localidad se remonta al 18 de septiembre de 1202.

La leyenda de la Víbora Voladora, fundación del pueblo de Megève

Según las leyendas del pueblo, Megève fue fundada por dos valientes compañeros, Muffat y Grosset. Intrépidos y valientes ante el peligro, habrían salvado a Megève, entonces atormentada por un horrible monstruo víbora voladora, que devoraba a todos los que encontraba.

Cuenta la leyenda que, victoriosos en la batalla, se unieron a los pastores indígenas y se familiarizaron con ellos. Juntos comenzaron a poblar y cultivar el país.

La derrota del monstruo se extendió al exterior y pronto los vecinos Alóbroges, a quienes el miedo había alejado de estos lugares, se apresuraron a unirse a esta nueva colonia. Y así nació el famoso pueblo de Megève.

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