Hay historias que nos gusta contar, como la de la Cruz de Megève. Con raíces bien arraigadas en la historia del pueblo, ¡sin lugar a dudas continúa viviendo con los tiempos actuales! Signo de pertenencia a un valle, la Cruz de Megève se transmitía de madre a hija. Una tradición y un patrimonio que habrían desaparecido hace mucho tiempo, sin el saber hacer y el deseo de transmitirlo del artesano-joyero Dominique Joly-Pottuz.

La historia de la Cruz de Megève

Para comprender la historia de la Cruz de Megève, retrocedamos a la década de 1750, cuando Megève estaba adscrita al Piamonte-Cerdeña.

En aquella época, los reclutas partían cerca de Turín para realizar su servicio militar durante 7 años. Allí, en un orfebre cuya dirección se mantuvo celosamente en secreto y transmitida por los ancianos del pueblo, hicieron hacer una cruz que ofrecieron a su novia a su regreso. Esta gran cruz de oro, completamente cincelada a mano, estaba decorada con un Cristo o una Virgen.

El emblema actual del grupo folclórico de Megève Las mallas y las beguinas, actualmente sigue siendo fabricado y disponible en varios modelos por el joyero artesanal Dominique Joly-Pottuz.

Muchas personas que habían heredado estas cruces nupciales contactaron con el joyero artesano para que las fundiera y creara joyas más modernas.

Sin embargo, Madame Joly-Pottuz alertó inmediatamente a sus hijos y a la población de Megève sobre la importancia y el gran valor patrimonial de estas cruces, sabiendo que en aquella fecha sólo quedaban 80 en las familias.

cruz-megeve-historia-patrimonio-cultura
© Daniel Durand

Por ello, Dominique Joly-Pottuz decidió retomar la fabricación de esta joya histórica en el taller de su pueblo, inspirándose en la cruz de su familia. Una producción que también podemos apreciar cada verano durante la Fête des Vieux Métiers.

En oro blanco o amarillo, con o sin cincelado y piedra, está totalmente hecho a mano. Hoy en día, se ofrece en nacimientos, bautizos, comuniones o lo traen los veraneantes en sus maletas.

Legado de herencia megevana, simboliza la pertenencia a un pueblo, a un arte de vivir. Sin duda, es una joya, ¡pero en su historia reside su verdadero valor!

© Daniel Durand

¿Fue útil ese contenido?