© Nicolás ANSOURIAN

Cuando Barthélémy Vigliengo imaginó este bocado de merengue de praliné en 1910, estaba lejos de imaginar que Megève seguiría disfrutándolo 110 años después.

Impulsada por la pasión por el saber hacer familiar, su bisnieta, Isabelle, decidió recuperar la cuchara de su abuelo Léon y hacer los gestos "a la antigua usanza", pieza por pieza, de sus antepasados.

Una apuesta artesanal por saludar y alentar para que las tradiciones perduren y encanten una y otra vez nuestros paladares, para tener el placer de descubrir toda la explosión de sabores, una vez mordido el sobre de merengue y saboreada la ganache de praliné.

Temas

¿Fue útil ese contenido?