A principios de los años 1930, un empresario forestal tuvo la buena idea de adaptar el transporte por cable al esquí alpino. Unos años más tarde, en 1933, apareció en Rochebrune el primer teleférico construido específicamente para el esquí alpino y, con él, el comienzo de una hermosa y larga historia.

El teleférico de Rochebrune, de ayer a hoy

Símbolo de elegancia y vanguardia, Megève ha sabido innovar a través de sus conceptos, su arquitectura y sus infraestructuras. Porque fue en Megève donde nació el esquí. O más precisamente, en el macizo de Rochebrune. De hecho, es aquí, en las alturas de Megève, donde nació en 1933 el primer teleférico dedicado específicamente al transporte de esquiadores. ¡Una auténtica revolución para la época!

El famoso remonte, que en su primer invierno podía albergar hasta 20 personas, transportó a los esquiadores desde la aldea de Rochebrune hasta 1 metros de altitud, para un desnivel de más de 750 metros recorrido en apenas diez minutos y disfrutando al mismo tiempo de una Magnífica vista del valle.

Perpetuar esta tradición a lo largo de los años es una cuestión muy importante para los habitantes de Megève. Por este motivo, en diciembre de 2021 se puso en marcha un importante proyecto para modernizar la sala de recepción hasta el punto de embarque del teleférico. Asimismo, vuelven las legendarias cabañas rojas que fueron las primeras en llevar a los esquiadores a lo más alto de las pistas.

Totalmente modernizados, vuelven a colorear el cielo azul y muestran con orgullo el símbolo de Megève. Como un guiño al pasado, las cabinas rojas rinden homenaje a los pioneros de este ascensor. Hoy en día, aunque la estación de llegada se ha desarrollado con la salida de numerosas pistas de esquí, rutas de senderismo, rutas de BTT, un restaurante y una zona de despegue para parapentes, aún conserva esta impresionante vista del pueblo de Megève y del macizo del Mont Blanc. .

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